Contando Cosas
Experiencias de la vida cotidiana, esas que de tan obvias nadie las cuenta. Nadie excepto yo, y algunos más que encontramos pequeños placeres en pequeñas prácticas.
25 de agosto de 2012
Esbozos
Hola. El sabor todavía anda rondando. Estoy exactamente en la nada misma.
Flotando. No sé nada, nunca sé nada pero hoy especialmente sé nada de nada.
Te fuiste con las hojas de los árboles volando. El golpe de la puerta todavía está en mi cabeza.
No te entiendo, y no es que quiera entenderte. No lo pretendo.
Solo quisiera sentirme apenas un poco mas dueña de mí misma. Parece que la potestad es del viento.
Hagamos olas de canciones a lo largo de la orilla, para que el mar las borre una y otra vez.
De eso se trata. Si no contame qué hacemos todos acá, encerrados, cada uno con un metro cuadrado a su disposición.
Las líneas que dividen esos cuadrados son más bien espacios para que seamos libres, para que sintamos libertad. Vos elegiste saber aprovechar, o dejar que el cemento omnipotente avance sobre tu cuerpo.
17 de junio de 2012
Lo que va a pasar
Ayer me di cuenta que nunca controlamos nada
Que todo lo que nos rodea es porque es.
Que nos deja pensar que lo controlamos
haciéndonos sentir que somos seres superiores.
También me di cuenta que lo grande está en lo chico,
Que somos felices sólo unos segundos de nuestra existencia,
Que todo lo demás no es más que una agonía,
Que nos espera con una copa de vino al final del pasillo.
Dicen que en algún momento crees estar enamorada.
El amor te engaña, como todo lo demás.
Dicen también que el amor está en todas partes,
Quizás jugando muy bien a las escondidas.
Las tripas que se estrujan cuando cantás,
El pelo que empieza a bailar cuando te reís,
El viento que te vuela los sueños,
Esas cosas no engañan.
No, esas cosas no engañan.
No pueden ser mentira.
Yo no las vi de mentira.
Yo las sentí de verdad.
17 de octubre de 2011
Asistémica
18 de septiembre de 2011
Es Enunciación
Me gusta lo que molesta. Me gusta lo que no se dice. Me gusta aquello de lo que no se habla. Me gusta eso que está mal. Me gusta lo que incomoda. Me gusta el haz bajo la manga. Me gusta la indignación. Me gusta el orden roto. Me gusta ver cómo se transforman las caras cuando los oídos escuchan cosas que no se tienen que decir. Me gusta el retruco. Me gusta lo inesperado. Me gusta lo incorrecto. Me gusta el enunciado que rompe el discurso. Los discursos. Los naturalizados. Los que están ahí por estar, sin pensar, ni argumentar. Los que “acomodan” nuestros días y nos hacen sentir contenidos. Los que dicen qué está bien y qué está mal. Los que nos marcan qué decir, cómo movernos y cómo pensar. Los que hacen de frontera entre blanco y negro porque sí. Los que mueven nuestros músculos de la cara cuando lo incorrecto se hace presente ante nosotros. Me gusta el enunciado que anuncia otras enunciaciones posibles. Las que también están, las que también son.